Para realizar este artículo nos hemos puesto en contacto con los abogados de Garanley a través de los cuales hemos obtenido el asesoramiento que buscábamos. Como nos comentan los abogados, cuando nos ponemos al volante habiendo bebido alcohol, no solo nos ponemos en peligro a nosotros mismos, sino al resto de los conductores.
Beber alcohol y conducir son dos combinaciones prohibidas y para nada recomendadas. Eso significa que si lo haces tendrás que afrontar responsabilidades legales que pueden llegar a tener un castigo hasta penal. El objetivo es evitar que los conductores beban cuando van a conducir y así conseguir que la seguridad vial sea mayor. Se llevan muchos años luchando contra esa combinación y por suerte cada vez son menos los conductores que beben y luego se ponen al volante.
¿Cuál es el delito de alcoholemia?
Como nos comentan los expertos de Garanley Abogados, el delito de alcoholemia se produce cuando un conductor conduce con una tasa de alcohol por encima de lo regulado por ley. Concretamente podemos ver que todo está regulado en el artículo 379.2 del Código Penal. En el mismo podemos leer “Con las mismas penas será castigado el que condujere un vehículo de motor o ciclomotor bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o de bebidas alcohólicas. En todo caso será condenado con dichas penas el que condujere con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro.”
Es verdad que actualmente se ofrecen algunos límites de margen, pero lo mejor que se puede hacer es conducir con una tasa de alcohol de 0. Para pasarlo bien no es necesario beber alcohol y si lo bebemos, entonces lo mejor será no coger el coche. No solo por la posible sanción, también por el riesgo en carretera que presentamos.
Es importante mencionar que las tasas que no se pueden superar son las siguientes:
- Tasa de alcohol en sangre de 1.2g o superior.
- Tasa de alcohol en aire espirado de 0.60mg por litro o superior.
¿Cuál es la pena del delito de alcoholemia?
Como puedes imaginar, ese delito se produce cuando un policía te para conduciendo y te somete al test de alcoholemia. Si la prueba es superior a las tasas mencionadas anteriormente, entonces se puede concluir que habrá un castigo por el delito de alcoholemia.
El castigo siempre irá ligado a la tasa de alcohol que se presente. Puede ser de pena de prisión de hasta 6 meses, multa de 6 a 12 meses y o trabajos en beneficios de la comunidad de hasta 90 días.
Además, el delito puede ser penado también con la privación del derecho a conducir un vehículo. Esa prohibición puede ir de uno a cuatro años.
¿Nos podemos negar a hacer la prueba de alcoholemia?
Es importante tener claro que un conductor no se puede negar a hacer la prueba de alcoholemia. Los abogados de Garanley nos han comentado que el propio acto de negarse a realizar la prueba es un delito. Ese acto está regulado en el artículo 383 del Código Penal.
Cuando alguien se niega a realizar la prueba, el delito puede ser condenado a prisión de 6 a 12 meses, a la vez que también puede ir acompañado de la privación de conducir un vehículo a motor que puede ir de uno a cuatro años.
Al fin y al cabo, la prueba de alcoholemia no provoca ningún daño en el conductor. Es decir, el hecho de negarse a realizar la prueba es un claro síntoma de que el conductor ha ingerido alcohol. Por ese motivo, nunca debes negarte.
Otras acciones que son delito de alcoholemia
A lo anteriormente mencionado tenemos que añadir que hay otras acciones que también se castigan como delito de alcoholemia. De nuevo, todo está regulado en el Código Penal.
Conducción temeraria por influencia del alcohol
Las conductas de riesgo al conducir incluye superar la tasa de alcohol delictiva y poner en peligro vidas. La pena puede ser de 6 meses a 2 años de prisión y privación del derecho a conducir por 1 a 6 años.
Si hay desprecio manifiesto por la vida de otros, la pena aumenta a 2 a 5 años de prisión, multa de 12 a 24 meses y privación del derecho a conducir de 6 a 10 años.
Si se conduce temerariamente y con desprecio por la vida de otros pero sin poner en peligro, la pena puede ser de 1 a 2 años de prisión y multa de 6 a 12 meses, con privación del derecho a conducir de 6 a 10 años.
Conducción bajo influencia del alcohol con resultado lesivo
Es el paso superior al anterior y en consecuencia la conducción bajo influencia del alcohol se traduce en una lesión, es decir, se cometen dos delitos.
¿Se debe contratar los servicios de un abogado especialista en delitos de alcoholemia?
La respuesta es sí, si has cometido este tipo de delito y quieres que la pena sea la menor posible, te recomiendo contratar los servicios de los abogados expertos en delitos de alcoholemia de Garanley. Es importante contar con la ayuda de un profesional para que la gestión del delito sea la adecuada.
Cuando no se dispone de un buen abogado, el delito puede ser penado con la máxima pena. En cambio, con la ayuda de un buen abogado la gestión es mucho más sencilla y eso hace que el delito esté penado con una pena inferior.
Con la ayuda de los expertos de Garanley te será mucho más fácil saber qué pasos debes de dar para que la pena sea la más baja posible. Cuentan con un gran historial de casos de éxito, lo que significa que saben gestionar realmente muy bien este tipo de casos. Pero no solo es una buena idea contratar sus servicios después del delito, también los puedes contratar antes y así tener un buen servicio de abogacía a tu disposición.
Recuerda, para evitar este tipo de problemas lo mejor que puedes hacer es no beber alcohol cuando vayas a conducir. No solo por la pena que te puede caer, sino por tu seguridad y la de los demás.