La magia es uno de los fenómenos que más apasiona a muchas personas, quienes llegan a creer que hay otros con poderes sobrenaturales. Entre estos, las leyendas de distintas civilizaciones, está lleno de brujas, mujeres capaces de hacer hechizos y encantamientos.
Aunque ahora lo asociamos a cuentos infantiles, durante la Edad Media, ser acusado de brujería te llevaba con bastante seguridad a la muerte. Muchas de estas mujeres han trascendido en el tiempo, por los juicios injustos a los que fueron sometidas o por esconderse tras la brujería para obtener beneficios o asesinar a otras personas.
Es interesante conocer un poco sobre la vida de estas mujeres, como Marie Laveau, la llamada “reina del vudú”o la envenenadora francesa La Voisin. Te invitamos a aprender sobre algunas de las brujas más famosas de la historia.
Malin Matsdotter
La única bruja que fue llevada a la hoguera en Suecia, nació en 1613 en Finlandia, y luego vivió en Estocolmo, donde se casó y tuvo dos hijas. Su marido fue ejecutado por la denuncia de una de las hijas, y Malin sirvió de testigo para ser declarado culpable.
A los pocos años, una de las hijas acusó a su propia madre de brujería, en la época en que se implementó una gran caza de brujas en Suecia. Se indicaba que Malin secuestraba niños, para llevarlos a aquelarres del diablo en la mítica isla de Blockula.
Malin soportó su ejecución sin quejarse, lo que se consideró prueba de su culpabilidad, debido a que se creía que el diablo ayudaba a las brujas a no sentir dolor.
Además, algunos niños apoyaron la acusación y, junto con su hija, decían que el diablo estaba detrás de Malin, diciendo que negaran la acusación. Por otra parte, cuando se le pidió que dijera algunas oraciones religiosas, no fue capaz de hacerlo.
Malin sostuvo su inocencia hasta el último momento, mientras que sus hijas seguían diciendo que era culpable de crímenes de brujería. Debido a que se negó a confesar, se le sentenció a ser quemada viva en la hoguera, siendo la última persona ejecutada por brujería en toda Suecia.
Isobel Gowdie
El período entre el siglo XVI y XVII fue uno de los más oscuros en Escocia, asociado a la cacería de brujas, época en la que se cree fueron acusadas de brujería casi 4.000 personas. Isobel nació y vivió en el poblado de Auldearn, entre 1632 y 1662, cuando fue ejecutada.
Era la esposa de un granjero, cuando en 1661 fue acusada de brujería y durante los interrogatorios confesó algunos crímenes. Entre estos, un encantamiento hecho con un niño muerto sacado de su tumba, para acabar con las cosechas de su vecino.
Posiblemente, Isobel sufría alucinaciones durante su declaración, lo que se ha asociado al ergotismo causado por el moho del centeno.
Sus confesiones llamaron la atención, debido a que eran muy detalladas, recogiendo muchas de las creencias sobre las brujas que eran parte del folclore de la zona. También dijo que había hechizado a sus vecinos con imágenes de arcilla y participado en aquelarres con el diablo.
Durante su relato implicó en hechos de brujerías a más de 12 personas de la comunidad, algunas de las cuales pueden haber sido juzgadas. Se le condenó a muerte, llevándola a las afueras del pueblo, donde fue estrangulada y su cadáver quemado.
Agnes Sampson
La cacería de brujas fue práctica común en Europa durante los siglos XVI y XVII, siendo una de las más conocidas la de North Berwick. En esta persecución fueron acusadas más de 70 personas, entre la que se incluye Agnes Sampson.
Agnes era una curandera y partera, quien vivía en la baronía de Keith (Escocia), siendo reconocida por sus grandes conocimientos curativos. Fue acusada de brujería por una sirvienta, quien fue torturada en la búsqueda de culpables de hechicería.
El rey Jacobo VI inició la cacería de brujas de North Berwick por supuesto hechizos que causaron tormentas, siendo Agnes Sampson una de las acusadas.
Fue llevada al palacio de Holyrood para ser interrogada, donde se le dejó desnuda y con la cabeza rapada, atada a la pared. Además, se le colocó un terrible instrumento de tortura, conocido como “brida de bruja”, que se colocaba en la boca y tenía dos dientes de hierro que presionaban las mejillas y dos la lengua.
Luego de varios días de tortura, Agnes no soportó más y confesó 53 crímenes de brujería que no había cometido. Fue condenada a la horca, su cuerpo fue llevado a la hoguera, como se acostumbraba a hacer con las supuestas brujas de la época.
Marie Laveau
Conocida como la “reina del vudú”, Marie nació en Nueva Orleans (Estados Unidos) en 1794, siendo hija de un hombre de negocios mulato y una esclava liberada. Cuando tenía 18 años se casó con un haitiano (Jacques París) y se cree que ambos comenzaron a practicar el vudú.
Los registros indican que Marie pudo haber tenido dos hijas, posiblemente antes de casarse, pero las mismas desaparecieron. Luego, su marido también desapareció misteriosamente, Marie empezó a ser conocida como la “Viuda París” y ya practicaba el vudú de manera abierta.
La mascota que acompañaba a Marie en muchos de sus rituales era Zombie, una gran serpiente por la que sentía mucho aprecio.
Volvió a casarse con Louis de Glapion, con quien se dice tuvo 15 hijos y quien murió en extrañas circunstancias. Posteriormente, Marie abrió una peluquería, en la que se dice iban las mujeres adineradas a buscar pociones, amuletos y bolsas grises contra los demonios.
Se dice que las maestras de Marie fueron Sanité Dédé y Marie Salope, dos grandes conocedoras del vudú a las que logró superar con sus conocimientos. Solía combinar rituales africanos con algunas prácticas católicas, haciendo encantamientos y maldiciones, según se le solicitará.
Moll Dyer
Se considera que puede haber sido una de las llamadas brujas de Maryland (Estados Unidos), una serie de personas que fueron perseguidas por brujería durante el siglo XVII. Aunque su historia tiene mucho de leyenda, Moll Dyer fue una persona real, que llegó de Inglaterra para trabajar como sirvienta.
Durante estos años, el poblado de Leonardtown (sur de Maryland), fue azotado por una fuerte epidemia de influenza, que causó la muerte de muchas personas. Los habitantes del pueblo se reunieron y decidieron que la responsable era Moll Dyer, una mujer que vivía en una cabaña en las afueras.
La piedra de Moll Dyer forma parte de los atractivos turísticos de Leonardtown, donde fue trasladada desde el bosque original en 1972.
Para salvarse de la desgracia, rodearon la cabaña para incendiarla, pero Moll logró escapar al frío invierno con muy poco abrigo. Según ha llegado en la historia oral, la mujer se sentó en una piedra, donde murió congelada, y su cuerpo fue encontrado poco después.
La piedra donde estaba sentada Moll, tenía la marca de su mano, considerándose que había hecho una maldición. Se dice que quien toca la piedra tendrá desgracias, principalmente asociadas a pérdida de cosechas, muerte de niños o infertilidad.
La Voisin
Si hay una bruja con un interesante historial, es Catherine Monvoisin, quien fue conocida como La Voisin y nacida en Francia en 1640. Se casó bastante joven con un joyero y mercader de París, quien pronto cayó en la ruina.
Catherine era una mujer culta, con amplios conocimientos de alquimia y medicina, practicando como comadrona. Además, se dedicó al arte de la adivinación y práctica de abortos, como una forma de sostener a su familia.
Se cree que La Voisin estuvo involucrada en la muerte de entre 1.000 a 2.500 personas, y nunca delató a ninguno de sus cómplices y clientes.
De la adivinación pasó a la brujería, ofreciendo a sus clientes que podrían cumplir sus deseos usando amuletos o visitando algunos lugares sagrados. Como servicio especial, hacía misas negras, en las que se tomaba sangre de niños recién nacidos.
También, La Voisin inició un lucrativo negocio de venta de afrodisiacos y venenos, que eran solicitados por muchos miembros de la nobleza, como Madame de Montespan. La amante de Luis XIV llegó a pedirle veneno para atacar a alguna de las otras amantes del rey, lo que llevó a La Voisin fuese capturada y declarada culpable, por lo que fue quemada viva.
Alice Kyteler
Si revisas la historia de Irlanda, encontrarás que Alice fue la primera persona condenada por brujería en el país. Nació en 1280, dentro de una familia acomodada, y llego a tener 4 matrimonios, todos con hombres que fueron aumentando su fortuna.
Sus maridos murieron en circunstancias sospechosas, y el último de estos, al caer enfermo, comentó que tenía sospechas de estar siendo envenenado. Esto llevo a que los hijos de los diferentes padres la acusaran de brujería contra estos, para favorecer a su hijo mayor.
Entre las acusaciones a Alice, se decía que había tenido relaciones con un íncubo, demonio que se posa sobre la persona que está durmiendo.
El juicio fue llevado a cabo por el obispo Richard Ledrede, acusándola de diversos delitos, como renegar la fe de Cristo, el asesinato de sus esposos y la práctica de hechizos. No obstante, Alice era una dama adinerada y tenía el apoyo del canciller de Irlanda, que era su cuñado.
Así, logró no asistir al juicio, pero el obispo Ledrede insistió en perseguir a sus supuestos cómplices, atrapando a su doncella, Petronilla de Meath. Luego de torturarla, Petronilla confesó e implicó a Alice, quien fue condenada, pero escapó a Inglaterra para no ser castigada.