La obra del genial Pablo Ruiz Picasso es realmente extensa, ya que fueron miles los lienzos que pintó el artista nacido en Málaga en 1881. A su prolífica obra pictórica hay que sumar, además, las esculturas, dibujos, bocetos y grabados que realizó a lo largo de su trayectoria artística. Pintor esencial para entender el arte del siglo XX, los 9 cuadros más famosos de Picasso son solo una muestra de las distintas etapas que abarcó su arte, siempre dejando huella con su estilo inconfundible. Del expresionismo al cubismo, sin olvidar el magnífico periodo azul… hasta su fallecimiento, en 1974, Picasso firmó algunas de las que son, hoy en día, grandes obras del arte moderno, que hay que conocer
Guernica
Sin duda, es el cuadro más famoso de Picasso, en el que el pintor refleja con dramatismo todo el horror de guerra tras el bombardeo alemán de la ciudad de Guernica en 1937. El impresionante lienzo, de 7,80 metros x 3,50, no recoge la acción bélica en si misma, sino que expresa las aterradoras consecuencias de la tragedia sufrida. Los tonos negros y grises y las icónicas figuras de animales, hombres y mujeres cargadas de simbología lo convierten en un cuadro impactante y en una de las obras cumbre de la pintura del siglo XX. Los distintos elementos del óleo siguen una invisible estructura piramidal, que tiene en su base al que parece un soldado muerto y en el vértice central una luz, quizá reflejo de una posible esperanza. Numerosos estudios han buscado el significado de las desgarradoras figuras que surgen de la oscuridad el cuadro. La madre que grita mirando al cielo con un niño muerto en sus brazos, el caballo que se retuerce en una aterradora mueca, el hombre que implora elevando sus manos o el oscuro toro que permanece impasible… El Guernica, un alegato contra el sufrimiento, permaneció en el Museo de Arte Moderno de Nueva York hasta 1981, fecha en el que el cuadro más famoso de Picasso regresó a España. Actualmente se encuentra en el Museo de Arte Reina Sofía.
Las señoritas de Avignon
Se considera una obra clave en el conjunto del arte pictórico moderno. Picasso lo pintó en 1907 y en este cuadro el genio malagueño da las primeras pinceladas de lo que se sería un nuevo movimiento: el cubismo, del que él sería máximo exponente. El lienzo recoge un cambio total en el concepto de la perspectiva, con planos superpuestos y con trazos geométricos que terminan formando las figuras de las cinco mujeres que aparecen en el cuadro. Detalles como las frutas o las máscaras africanas destacan también en el conjunto de la magistral obra expuesta, en la actualidad, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Autorretrato
A lo largo de su vida, Picasso pintó más de 10 autorretratos, pero éste, realizado 1907, es uno de los más famosos y valorados, ya que, refleja la transición del artista hacia una nueva etapa en la que deja atrás el arte tradicional figurativo. En el cuadro, Picasso utiliza grandes trazos que definen los ángulos de su rostro jugando con el desequilibrio de las proporciones. En el óleo se atisba la influencia de los estudios que, en aquella época, el pintó realizó sobre la cultura africana, vislumbrándose, además, cierta conexión con obras de otros pintores como Gauguin, aunque el estilo cubista marca el resultado final.
La vida
La vida es uno de los cuadros más representativos del periodo azul de Picasso, que se enmarca entre 1901 y 1904. Se trata de una obra cargada de simbolismo que el autor pintó en Barcelona tras enterarse del suicidio de su amigo Carlos Casagemans (cuya cara retrata en el personaje principal masculino), un hecho que, unido a la mala situación económica que atravesaba el pintor, le sumió en una profunda depresión. El cuadro destaca por la monocromía, por la combinación de distintos tonos azules y grisáceos que consiguen crear el ambiente triste y agobiante que define la obra. Los expertos destacan que, en realidad, este cuadro recoge dos pinturas en una sola. En el primer plano, una pareja desnuda y una mujer con un niño en brazos y, en un segundo plano, otra pareja abrazada y una figura agachada y desnuda. La tristeza de ese omnipresente azul, la mirada perdida de los rostros inexpresivos de los distintos personajes y los trazos irregulares que apuntan al expresionismo hacen de esta obra uno de los cuadros más famosos de Picasso.
Los tres músicos
En 1921, Pablo Picasso cambia nuevamente su estilo dando un paso más en el cubismo para realizar esta obra en la que mezcla la propia pintura al óleo con técnicas de collage. Los tres músicos se considera un cuadro fundamental en la trayectoria del malagueño dentro de lo que se ha denominado cubismo sintético a analítico. En este famoso cuadro se reconocen tres figuras principales: un arlequín con una guitarra, un pierrot, identificable por la presencia del color blanco y un monje, con hábito negro, en una composición hecha a base de figuras geométricas que encajan a la perfección, formando una especie de puzle. Los vivos colores y la geometría del conjunto lo convierten en una de las más famosas obras de arte abstracto de Picasso.
El sueño
El sueño es una de las obras capitales de Picasso porque en ella se mezclan elementos de movimientos artísticos dispares, que crean un resultado tan bello como armonioso. Es una obra de 1932, en la que aparece una mujer apaciblemente dormida que se cree que es Marie Therese Walter, la mujer con la que Picasso mantuvo una relación sentimental durante años, siendo su musa en otras muchas obras. En el cuadro, destaca el uso del color y el contraste entre las líneas onduladas de la figura femenina con el fondo, donde las figuras geométricas propias del cubismo siguen presentes. El particular rostro ladeado y dividido por un profundo trazo y el uso de líneas curvas y colores poco habituales en la obra del artista, apuntan a la influencia del movimiento surrealista y convierten a éste en uno de los cuadros más famosos de Picasso.
Retrato de Dora Maar
Son varios los retratos y bocetos que Picasso hizo de la que fuera su musa y amante Dora Maar, fotógrafa yugoeslava que conoció durante su estancia en Francia a mediados de los años 30. Éste en concreto es uno de los más impactantes por su variedad cromática y por la maestría del óleo que refleja la cara de la mujer de frente y de perfil de manera simultánea en una extraordinaria muestra de arte cubista. El contraste entre el negro y el resto de vivos colores y la multitud de detalles que encierra este famoso cuadro de Picasso, como la sutil manzana que se aprecia en la cara de Dora, lo convierten en una de las obras maestras de Picasso. Actualmente el cuadro se expone en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
La mujer que llora
Pintado en 1937, es otro de los cuadros magistrales de Picasso que recuerda a las figuras que aparecen en el Guernica, pero, en este caso con la fuerza que aporta la presencia de vivos colores. El rostro distorsionado y la perspectiva cubista vuelven a expresar todo el dramatismo y el dolor de la guerra. En 1986, el cuadro fue robado del Museo Nacional de Melbourne (Australia), aunque fue recuperado sin sufrir daños.
Arlequín 1917
Esta pintura al óleo es también uno de los cuadros más famosos de Picasso, quien le dio forma en 1917. El arlequín es una figura que aparece en numerosas obras del artista, pero este famoso cuadro de Picasso, en particular, representa un arlequín que sigue las líneas geométricas del cubismo, especialmente los rombos, acompañadas de una particular mezcla de colores: verdes, azules y rosas, representativos de las distintas etapas en las que evoluciono la trayectoria artística del genial pintor. El motivo de inspiración de esta obra fue la actuación del balé ruso Parade en el Liceo de Barcelona. En la actualidad, El Arlequín de 1917 es uno de los cuadros más importantes y famosos del genio de Málaga.